viernes, 8 de julio de 2011

Eurotrip 2011: en caso de perder un avión...

de julio 
21:15 hrs (horario de Nueva York)

Me pregunto qué haré respecto a mi equipaje perdido cuando llegue. Pienso: ¿por qué no dormí más esta mañana, así no tenía que lidiar con este insomnio de vuelo? Entonces, me acuerdo; el plan inicial era dormir, y bastante, sólo que se me vino abajo cuando me desperté para ir al baño y empecé a pensar en mi completa soledad y mi precaria situación: en un país extranjero con la ropa que traía puesta, cuatro libros, un cuaderno, una pluma y mi morral como único equipaje. Me pongo a pensar en eso y otra vez no puedo dormir. Quisiera poder volver ahora mismo con Mariana, abrazarla y saber que todo va a estar bien; porque en estos momentos veo a mi alrededor y sólo encuentro rostros que no había visto hasta esta tarde, de cuyos nombres no sé ninguno. 

Creo que te estoy confundiendo. Déjame empezar desde el principio; finalmente, vale la pena contarlo todo.

Salí de la ciudad de México rumbo a Nueva York hace dos días, vía Delta Airlines. El plan era pasar la noche en Nueva York para tomar la conexión a Madrid al día siguiente. De mi primer noche, vale la pena mencionar la cerveza Guiness con la que acompañé mi cena: bien fría, bien espesa y me mandó a dormir como angelito. 

Mañana siguiente: me levanto temprano, mis jeans y morral con colores al puro estilo reggae contrastan con las ajustadas y deportivas ropas del ejército de ciclistas y corredores que, por lo visto, pretenden aplastarme. Desayuno en la cafetería Viand y cuál es mi sorpresa al averiguar que la señora cuyas evidentes quirúrgicas manitas de gato el mesero y yo criticábamos en español se acercó al mostrador a ordenar su comida nada más y nada menos que en el idioma de Cervantes. Apuré los pancakes con beacon y salí de ahí.

Dediqué el resto de la mañana a caminar —como diría Mariana— como si no hubiera mañana —o, más precisamente, como si me fuera a subir a un avión por la tarde en vez de tener que correr de terminal en terminal y encontrar mi camino de regreso a Manhattan con 10 kilogramos en libros como mis fieles acompañantes. Pero eso fue más tarde; volvamos a 5th avenue el 4 de julio por la mañana.

Continuará

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